miércoles, 13 de julio de 2016

Escribo para salvarme a mi.

Entonces un día desperté y me di cuenta , que para la inspiración no había momento exacto, ni hora, ni días, sólo venía así como una ráfaga de pensamientos absurdos que revoloteaban en mi mente pidiendo a gritos salir de ella, entonces decidí escribir, sintiéndome tan vacía por apartarlas de mí para plasmarla en un papel pero al mismo tiempo tan completa por conocerme más y más hasta entender que realmente nunca me conocería totalmente ya que cada día mi mente renacería con una nuevas ideas para ser escritas. Fue simple, me había dado cuenta que no escribía para nadie sino para salvarme a mi, para escapar de mi realidad redactándola, para dejarla atrás leyéndola. Y acá estoy , y acá sigo enfrentando cada pensamiento, discutiéndolo. Nada es tan difícil, pero si lo dejamos atrás en letras, palabras, oraciones y textos, les juro que todo se torna más fácil.